O para ser más exactos: los cofres del tesoro... porque si mis botones son mis tesoros... sólo pueden estar guardados en "cofres"...
A medida que avanzaba mi colección de botones empezaba a pensar dónde podría guardarlos que no quedaran guardados del todo, que pudiera verlos, que adornaran, que no estuvieran escondidos y, sobre todo, que me sirviera para tenerlos lo suficientemente a la vista como para que sus colores me inspiraran nuevos trabajos en los que incluirlos.
Además, si hay otra cosa que también me gusta es encender una vela, a ser posible aromática, porque me relaja un montón ver la llama. Así que me encontraba con dos problemas: los botones aumentaban y los vasitos en los que venían las velas también y me daba pena tirarlos.
Conclusión: tenía que unir unos con otros para conseguir lo que quería. Y así están ahora: tengo los botones más bonitos, los más vistosos, guardados en estos vasos en una estantería al lado de mi máquina de coser para irlos organizando por colores. Algunos ya están casi llenos... os decía en otra entrada que tenía muchos rojos y verdes y ahora podréis verlos... pero aún necesito más vasos para los botones blancos y negros, que aunque son de los que menos tengo, no tienen todavía su vaso para lucirse.
Un pequeño vistazo al interior de los vasos... los morados y lilas.
Los botones naranjas, más o menos claros, más o menos chillones.
Todos los tonos de azul... desde el claro casi blanco, hasta el oscuro casi negro...
Marrones, beige, cremas... incluso hay alguno en un tono madera muy bonito.
Rojos... con el vaso prácticamente lleno.
Amarillos con todas sus tonalidades.
Verdes... tengo que dejar de comprar botones verdes...
Rosas, fucsias...
Hay más, pero estos son mis favoritos.